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Ciego de Ávila, 13 ago (AIN) Innovadores y racionalizadores de la Unidad Básica Ferroviaria de Ciego de Ávila ayudan a la economía nacional al modificar 15 carros-jaula que estaban diseñados para el traslado de caña de azúcar.


Después de meses de labor, los creadores transformaron esos medios de transportación y los destinan ahora al trasiego de cargas  generales, lo cual redunda en beneficio para su el colectivo y el país.


Los inventores radican en el municipio de Ciro Redondo, perteneciente al Ministerio de Transporte, y sus aportes consistieron en el mejoramiento del sistema de rodamientos de esos medios, a los que les adaptaron “trucks” con cojinetes de rodillos.


Igualmente, les construyeron puertas corredizas que aligeran los carros y permiten mayor seguridad de las mercancías a trasladar y también más desplazamiento en los “caminos de hierro”.


Mecánicos, soldadores y otros técnicos fueron los autores  de los cambios realizados, encabezados por el ingeniero Juan Luis Mora Tamayo, quien tuvo la iniciativa en unión de Máximo Valenzuela y Rogelio Casanova.


Los primeros materiales acarreados resultaron bloques de hormigón y tejas de asbesto cemento entre Ciego de Ávila y Camagüey, para continuar en breve con la recogida de fertilizantes químicos destinados al cultivo cañero.


Mora Tamayo puntualizó que las reformas efectuadas no obstaculizan el traslado de caña a los centrales en el período de zafra, además de que las innovaciones contribuyen a la eficiencia en el balance de carga al ser la vías férreas las más importantes en esa tarea.


Valenzuela y Casanova expresaron que la decisión de los aniristas allí facilita, asimismo, la reducción de importaciones de costosos vagones en el mercado exterior, medida que debe generalizarse en otros lugares mediante la Unión de Ferrocarriles de Cuba.