Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 13 de junio de 2016

Repensar a Robin Hood

Angus Deaton, the 2015 Nobel laureate in economics, is Professor of Economics and International Affairs at Princeton University’s Woodrow Wilson School of Public and International Affairs. He is the author of The Great Escape: Health, Wealth, and the Origins of Inequality.

MADRID – Las ayudas internacionales al desarrollo se basan en el principio de Robin Hood: quitarle al rico para darle al pobre. Es así como agencias nacionales de desarrollo, organismos multilaterales y ONG transfieren más de 135 000 millones de dólares por año de los países ricos a los pobres.

Un nombre más formal del principio de Robin Hood es “prioritarismo cosmopolita”, una regla ética según la cual debemos valorar del mismo modo a cada persona del mundo, sin importar dónde viva, y luego concentrar la ayuda donde sea más útil, dando prioridad a los que tienen menos sobre los que tienen más. Esta filosofía es el principio rector (implícito o explícito) de los programas de ayuda humanitaria, sanitaria y al desarrollo económico.



A primera vista, el prioritarismo cosmopolita parece razonable. En los países pobres, la gente tiene necesidades más apremiantes y los precios son mucho más bajos, de modo que un dólar o un euro es dos o tres veces más eficaz allí que en los países donantes. Gastar dinero en casa no solo es más costoso, sino que además el gasto beneficia a quienes ya están en buena situación (al menos en comparación con otros países), así que no hace tanto bien.

Llevo muchos años pensando en la pobreza mundial y tratando de medirla, y este principio siempre me pareció básicamente correcto. Pero últimamente no estoy tan seguro, ya que hay problemas fácticos y éticos.

Es indudable que se han hecho enormes avances en la reducción de la pobreza mundial (más por el crecimiento y la globalización que por las ayudas externas). En los últimos 40 años, la cantidad de pobres se redujo de más de dos mil millones de personas a un poco menos de mil millones; una hazaña destacable, dado el aumento de la población mundial y la desaceleración persistente del crecimiento económico global, sobre todo desde 2008.

Pero esta reducción de la pobreza, impresionante y totalmente bienvenida, no estuvo exenta de costos. La globalización que rescató a tanta gente en los países pobres perjudicó a alguna gente en los países ricos, conforme fábricas y empleos migraron a lugares donde la mano de obra es más barata. Esto parecía un precio éticamente aceptable, dado que los perdedores ya eran mucho más ricos (y sanos) que los ganadores.

Pero siempre hubo algo que no cerraba: los que emitimos esta clase de juicios no somos precisamente los más indicados para evaluar esos costos. Como muchos miembros de la academia y de la industria del desarrollo, yo pertenezco al grupo de los principales beneficiarios de la globalización: personas que ahora podemos vender nuestros servicios en mercados mucho más grandes y ricos que en el mejor sueño de nuestros padres.

La globalización no es tan espléndida para los que no solo no obtienen sus beneficios, sino que sufren sus efectos. Por ejemplo, sabemos hace rato que los estadounidenses con menos educación e ingresos casi no han tenido mejoras económicas en cuatro décadas, y que el extremo inferior del mercado laboral estadounidense puede ser un entorno brutal. ¿Cuánto perjuicio supone la globalización para esos estadounidenses? ¿Seguirán estando mucho mejor que los asiáticos que ahora trabajan en fábricas que antes estaban en Estados Unidos?

La mayoría sin duda está mejor, pero varios millones de estadounidenses (de ascendencia africana, europea o latinoamericana) hoy viven en hogares cuyo ingreso per cápita es menos de dos dólares diarios, básicamente la misma cifra que usa el Banco Mundial para definir el nivel de indigencia en India o África. Hallar refugio con ese dinero en Estados Unidos es tan difícil que ser pobres con dos dólares al día allí es casi seguro mucho peor que en India o África.

Además, esto supone una amenaza a la tan proclamada igualdad de oportunidades estadounidense. Las ciudades y los pueblos que perdieron sus fábricas a manos de la globalización también perdieron su base impositiva y tienen dificultades para mantener una educación de calidad (la vía de escape de la generación siguiente). Las instituciones educativas de élite buscan alumnos entre los ricos para pagar las cuentas y cortejan a las minorías para reparar siglos de discriminación; pero esto fomenta el resentimiento de la clase trabajadora blanca, cuyos hijos no encuentran lugar en este maravilloso nuevo mundo.

Una investigación que hice con Anne Case revela más señales de malestar. Hemos documentado una creciente oleada de “muertes de desesperación” (por suicidio, abuso de alcohol o sobredosis accidental de drogas recetadas o ilegales) entre la población blanca de ascendencia europea. La tasa de mortalidad general en Estados Unidos fue superior en 2015 respecto de 2014, y la expectativa de vida se redujo.

Se podrá discutir sobre el modo de medir el nivel material de vida, sobre si se exageran las estimaciones de inflación y se subestima el aumento de los niveles de vida, o si todas las escuelas serán realmente tan malas. Pero esas muertes son difíciles de explicar. Tal vez las necesidades más grandes no estén del otro lado del mundo después de todo.

La ciudadanía implica una serie de derechos y responsabilidades que no se comparten con personas de otros países. Pero la parte “cosmopolita” del principio ético pasa por alto las obligaciones especiales que tenemos hacia nuestros conciudadanos.

Podemos pensar esos derechos y obligaciones como una especie de contrato de seguro mutuo, por el que no toleramos ciertos tipos de desigualdad para nuestros conciudadanos y, confrontados a amenazas colectivas, tenemos cada uno de nosotros una responsabilidad de ayudar (y un derecho a esperar ayuda). 

Estas responsabilidades no invalidan ni anulan las que tenemos con quienes sufren en otras partes del mundo, pero sí implican que al basar nuestros juicios exclusivamente en necesidades materiales podemos estar olvidándonos de cuestiones importantes.

Cuando los ciudadanos creen que las élites se preocupan más por gente al otro lado del mar que por el vecino de al lado, el contrato mutuo se rompe, nos dividimos en facciones, y los que quedaron afuera empiezan a sentir malestar y decepción con una política que ya no hace nada por ellos. Aunque no estemos de acuerdo con los remedios que buscan, no deberíamos ignorar sus muy reales padecimientos, por el bien de ellos, y por el bien de todos.

Traducción: Esteban Flamini

A debate la Conceptualización del modelo cubano: ¿Cuál es la novedad? (+ Podcast )

Por: Rosa Miriam Elizalde

el Estado tiene que intervenir para compensar las desigualdades que surgen, para compensar con las medidas apropiadas la desigualdad en la distribución de ingresos que ocurre bajo una competencia de mercado y en ese sentido las regulaciones juegan un papel mediante los subsidios a los grupos sociales más desfavorecidos, o a las actividades de interés social en general que no se pueden gestionar con mecanismos mercantiles.  Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
El Estado tiene que intervenir para compensar las desigualdades que surgen, para compensar con las medidas apropiadas la desigualdad en la distribución de ingresos que ocurre bajo una competencia de mercado y en ese sentido las regulaciones juegan un papel mediante los subsidios a los grupos sociales más desfavorecidos, o a las actividades de interés social en general que no se pueden gestionar con mecanismos mercantiles. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Transcribimos el diálogo que sostuvimos con los economistas, ambos doctores en ciencias, José Luis Rodríguez y Jorge Barrera Ortega, con el que iniciamos una serie para debatir los documentos del VII Congreso del PCC. Esta vez hablamos sobre la novedad e importancia de la “Conceptualización del modelo económico-social cubano de desarrollo socialista”, y en particular sobre el sistema de propiedad que este documento refrenda para Cuba.
Rosa MiriamHola, amigos de Cubadebate. Transmitimos este podcast desde los Estudios Balari, en La Habana Vieja, donde nos acompañan dos expertos en economía, el doctor José Luis Rodríguez, asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, y el doctor Jorge Barrera, profesor de la Facultad de Contabilidad y Finanzas, de la Universidad de La Habana.
El tema que nos ocupa hoy está agitando la política nacional, con un debate que comenzó en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en abril, y que a partir del 15 de junio se instala en todo el país, en torno a dos documentos generados por esta cita partidista. Uno de ellos, la Conceptualización del modelo económico-social cubano de desarrollo socialista, es el que vamos a comentar hoy. Prometo que vamos a tener otros especialistas que nos ayuden a entender y explicar los conceptos que están reflejados en este documento, pero quisiera que nos concentremos ahora en el capítulo dos, dedicado a la propiedad sobre los medios de producción.
Por supuesto, hay muchas preguntas que han llegado a la redacción sobre este asunto, traigo algunas para compartirlas con ustedes, pero creo que podríamos comenzar con una pregunta que muchos se hacen: ¿Cuáles son las principales novedades relacionadas con la propiedad que aparecen en esta conceptualización?
José Luis Rodríguez: Pienso, en primer lugar, que es importante contar ya con un documento que —como este dice— al final tendrá que ser actualizado en la misma medida que transcurra el tiempo y los temas habrá que abordarlos con más amplitud.
El tema de la propiedad sobre los medios de producción en este documento de la Conceptualización ratifica el criterio de que la propiedad socialista de todo el pueblo— que se manifiesta en Cuba como propiedad estatal— va seguir siendo el elemento fundamental para el desarrollo de la economía cubana.
Sin embargo, este concepto aparece ya por primera vez hace tiempo —sobre todo a partir de la reforma constitucional del año 92 —cuando se abrió el espacio para la propiedad mixta en Cuba, reconocida en la Constitución. Aquí también se expande el concepto de propiedad cooperativa no solo en la esfera agraria, que era donde estaba originalmente, sino también al sector no agropecuario y la propiedad privada, que conceptualmente está bien enmarcada, dado que normalmente se ha dado a conocer como propiedad de los trabajadores por cuentapropia, que –en realidad- al final es propiedad privada. Se aborda también con amplitud en este punto, me parece que da una visión mucho más cercana a la realidad en estos momentos.
Tal vez lo más interesante y –hasta cierto punto novedoso- es desde el punto de vista conceptual el reconocimiento al papel que desempeña la forma de propiedad no estatal en la etapa actual del socialismo cubano, que lo primero que hay que es que se trata de un modelo en construcción.
Estamos en una etapa en la que se construyen relaciones socialistas de producción en un proceso no concluido y esto refleja además el nivel de desarrollo que tiene la sociedad cubana, donde no es posible aspirar como se decía en los clásicos del marxismo a una socialización directa e inmediata del trabajo en la sociedad y es necesario que ante la imposibilidad de esa socialización directa se reconozca el mercado para confrontar a través de él aquellos elementos que no pueden socializarse directamente, lo cual implica reconocer un espacio para la propiedad privada y la propiedad cooperativa también. Es decir, creo que es un avance importante ese reconocimiento, muy racional, que además rompe las tendencias que tuvimos anteriormente: primero en los años 60, después a inicios del Período Especial cuando se trató idealistamente de excluir estas formas que en realidad existían dentro de la sociedad, solo que en forma de economía informal, es decir, su no reconocimiento social llevaba a sumergir estas actividades.
Creo que en este momento es importante que exista ese reconocimiento y que conceptualmente además se explique en este capítulo. Pudiéramos decir que esa es en mi opinión, uno de los cambios más importantes que tiene el documento.
Jorge Barrera: Quería agregar uno que me parece que es de suma importancia. En el propio documento se expresa de forma explícita que la propiedad mixta no necesariamente tiene que ser con extranjeros, sino que puede ser también con cubanos. Un productor cubano interesado en ese tipo de relación, puede sentirse un poco discriminado al no poder participar en una empresa mixta; me parece que ahí se está corrigiendo un aspecto importante. Que los cubanos que tengan talento, posibilidad, recursos, puedan también participar en una empresa mixta, ya sea como administración o incluso poniendo parte del capital y parte de los recursos, con participación del Estado.
Trabajé muchos años en los bancos y recuerdo que bancos importantes en el mundo, grandes conglomerados financieros, creaban empresas mixtas en las cuales ellos tenían una parte del capital y la otra parte era de los propios trabajadores de esas empresas, sobre todo en el tema de los servicios que recibían los bancos y en particular en el desarrollo del software. El desarrollo del software de los bancos se hace en muchos casos con empresas mixtas creadas por bancos en las que tienen parte de la propiedad, y eso le da una eficiencia muy alta al trabajo de esa empresa, sin que el banco que como dueño participa pierda el control de las decisiones principales de esas entidades.

No se trata de libre mercado

Desde los Estudios Balari, en La Habana Vieja, conversando con José Luis Rodríguez y Jorge Barrera. Foto: David Vázquez Desde los Estudios Balari, en La Habana Vieja, conversando con José Luis Rodríguez y Jorge Barrera. Foto: David Vázquez
Desde los Estudios Balari, en La Habana Vieja, conversando con José Luis Rodríguez y Jorge Barrera. Foto: David Vázquez
Rosa Miriam: Pero para nosotros el mercado ha sido como el coco, un instrumento que pone en tensión el proyecto socialista. ¿Qué papel tiene el mercado en esta circunstancia? ¿Cómo se valora en la definición en esta conceptualización?
José Luis Rodríguez: En el documento se establecen varias premisas en este sentido. En primer lugar no se trata de un libre mercado, sino que es un mercado que debe ser regulado por el Estado. Debe haber una relación entre la regulación digamos de los medios de producción y la propiedad del Estado— básicamente como propiedad estatal—, y una planificación que regule o que establezca adecuadamente la regulación de la propiedad no estatal.
Puede verse como una contradicción reconocer que tiene que haber un espacio de propiedad no social todavía no totalmente social en caso de la cooperativa o del sector privado y por otro lado el desarrollo de la propiedad socialista. Vuelvo a la idea que dije anteriormente, nosotros estamos en proceso de construcción socialista, no es una sociedad socialista totalmente determinada y tenemos que acceder a determinados ritmos de crecimiento que permitan los cambios estructurales en la economía y avanzar en esa dirección, pero para eso tenemos que hacer uso de todos los recursos que la sociedad disponga y en este sentido se abre un espacio a esta forma de propiedad no estatal que además en uno de los párrafos se señala que estarán sujetas a temporalidad. Es decir, habrá espacio por un tiempo determinado a ciertos negocios que en otro momento pueden ser gestionados de manera diferente.
Eso ocurrió por ejemplo con las telecomunicaciones en Cuba. Se creó una empresa mixta, ETECSA, en 1995, y posteriormente fue recomprada por el Estado en el 2008 cuando cambiaron las condiciones, cuando tuvimos otras posibilidades. Es decir, este movimiento del sector no estatal tiene también esas características y da en esta dirección unos espacios que debemos saber aprovechar.
Desde luego, regulación no quiere decir intervención directa en esos mecanismos, sino que el Estado tiene que funcionar con relación al sector mercantil o al mercado también bajo reglas del mercado. Es decir, no deben preponderar cosas que nos han afectado negativamente durante años, tales como tratar de controlar infructuosamente el mercado mediante una intervención administrativa. Si se parte de que existe un mercado y el mecanismo -por ejemplo- de formación de precios está sujeto a estas reglas de mercado, la intervención estatal no es precisamente tratar de fijar estos precios o limitar esos precios administrativamente. La vía es —y eso ha sido planteado por nuestros dirigentes en la Asamblea Nacional —competir eficientemente en ese mercado.
De este modo, si se quiere regular un precio, pongamos –por ejemplo- el de los productos agropecuarios en el mercado y se quiere mantener un precio determinado, como se hace por ejemplo con el arroz que se vende a 5 pesos la libra, usted lo que tiene es que mantener el flujo de oferta suficiente para que ese precio se sostenga establemente y el Estado inyectar recursos en ese sentido.
Al respecto se informó que el año pasado fueron 85 000 toneladas de arroz que se inyectaron por esa vía, este año son 110 000 en el plan.
Si Ud. no mantiene ese flujo de oferta, ese precio no se sostiene y sería un error fijarlo administrativamente, porque si no hay arroz, la tendencia que se impone es a que se venda en la economía sumergida a un precio superior. Ese concepto de que el Estado tiene que competir cuando establece reglas de mercado es muy importante y creo que no todos lo hayamos asimilado correctamente, pues existe la tendencia todavía a intervenir administrativamente cuando el mercado muestra sus aspectos contradictorios, porque los tiene. Es decir, el mercado tiene sus costos que se contraponen hasta cierto punto con la mirada socialista de más largo aliento de cómo debe funcionar la economía, pero podemos hacer que funcione a favor de una sociedad mejor si regulamos sus efectos mediante mecanismos económicos apropiados.
Tampoco podemos olvidar que el Estado tiene por un lado que competir en ese mercado que se ha abierto y por otro lado compensar socialmente los efectos perversos. En ese sentido –tratándose de una sociedad que construye el socialismo- el Estado tiene que intervenir para compensar las desigualdades que surgen, para compensar con las medidas apropiadas la desigualdad en la distribución de ingresos que ocurre bajo una competencia de mercado y en ese sentido las regulaciones juegan un papel mediante los subsidios a los grupos sociales más desfavorecidos, o a las actividades de interés social en general que no se pueden gestionar con mecanismos mercantiles. Todo esto tiene que ser con mecanismos económicos básicamente y minimizar los mecanismos directos de administración, porque eso no resuelve el problema.
Jorge BarreraQuería insistir un poco más en el uso de los mecanismos económicos y escoger un ejemplo que también se ha discutido mucho: el tema de los subsidios a los productos básicos que tenemos en Cuba. Hay una decisión totalmente administrativa de poner los productos a un precio determinado que obvia totalmente el mercado internacional, de donde se adquieren buena parte de los productos que distribuimos por esa vía.
Ese en mi opinión es un mal ejemplo de uso de mecanismos para regular el mercado. Sería mucho más sensato no subvencionar los productos, no vender los productos a bajos precios, sino subvencionar a las personas que requieren esa subvención. ¿Porque tengo que vender el arroz a 25 centavos a alguien que está trabajando en el sector privado y tiene un ingreso de 600 CUC o 700 CUC al mes? Sin embargo, a los jubilados, a los que requieren la asistencia social, incluso a los propios que trabajan pero tiene ingresos todavía bajos, a esos sí los subvenciono, pero vendo el arroz, la papa, todos los productos que hoy en día se subvencionan, a su precio de mercado.

En el socialismo el equilibrio presupuestario no es inviolable

Rosa MiriamEso lo venimos escuchando desde los Lineamientos, adquiere un peso incluso en la política, pero…
Jorge Barrera: Yo creo que antes de los lineamientos.
Rosa MiriamBien, sigue siendo algo en proyecto. ¿Por qué?
José Luis Rodríguez: Se trata de un proceso complejo, porque primero se requieren recursos para esas subvenciones y a veces esa visión se subordina a una política para balancear el presupuesto: de un lado se trata de reducir gastos del presupuesto –lo cual es racional- pero por otro lado se asume el compromiso de la subvención socialmente necesaria, hay personas que lo necesitan y eso choca con la otra política. En el socialismo no se puede poner como un principio inviolable el equilibrio presupuestario, reducir los gastos a como dé lugar y por otro lado no tener en cuenta la necesidad de que se otorgue cierto nivel de subsidio en la asistencia social.
Eso lo hemos visto en los últimos años, producto de que cambió el criterio para otorgar la asistencia social. A mí me parece que está bien que se busque la racionalidad, lo que no puede resultar es que haya personas que requieran ese subsidio y por razones de tipo equilibrio presupuestario no se le otorgue ese subsidio, porque cambiaron las reglas del juego: es decir, hay una temporalidad en la que tú adoptas una medida muy racional para la economía y los efectos sociales de esa medida en el tiempo. Vamos a llamarle el tiempo político para aplicar esa medida y que no tenga las repercusiones negativas que pueda tener una reducción de subsidios a gente que los requiere, que no puede asumir los costos reales que tienen los productos o servicios indispensables.
Además, hay otras formas lícitas para compensar en el tiempo el déficit fiscal que pueda generarse mediante la emisión de títulos de deuda pública que se vendan a la población -que acumula liquidez- a tasas de interés atractivas, lo cual extrae liquidez y reduce la presión inflacionaria. Esa medida no se ha implementado, pero creo que es perfectamente posible.
Jorge Barrera: Eso es cierto. Yo creo que el documento se enfoca al futuro, a lo que debe ser, y hay algo que para mí es de suma importancia, y es no extrapolar nuestra situación de hoy en día, porque para empezar, todas las mediciones económicas que hacemos en mi opinión son erróneas porque tenemos una tasa de cambio para el sector empresarial de 1 peso por 1 CUC, que es totalmente ficticia.
Siempre pongo el mismo ejemplo: si tu quieres medir la altura de un edificio que tiene 8 pisos y en algunos pisos doy la medida en metros y en otros la doy en pulgadas, y cuando sumo mide 62, ¿62 qué? ¿Metros o pulgadas? Con todos los números económicos y sobre todo con los macroeconómicos pasa lo mismo. Estamos sumando mesas con pequeñas partículas. Esos números, ese balance presupuestario que hoy en día tenemos es totalmente, ficticio porque el producto que estamos subvencionando, que es el arroz, por ejemplo, se importa, por ahí tengo los números, debe ser en un 65 o 70 %.
José Luis Rodríguez: El arroz que nosotros consumimos en este momento está en el orden de las 700 000 toneladas: 200 000 para el turismo y unas 500 000 para la población, de las cuales se producen unas 300 000.
Jorge Barrera: El 40 % lo producimos y el 60% se importa. Y se importa en divisa; sin embargo, eso lo llevamos a todas las cuentas del presupuesto uno a uno. Me parece que lo estamos subvencionando de todas formas por la vía de rebajar los precios, lo que no cuantificamos adecuadamente ese importe. Decía que esto es un documento de futuro porque nada de lo que se dice aquí se puede hacer sin que exista una infraestructura mucho más clara, mucho más limpia que la que tenemos hoy en día.
Dije el tema tipo cambio, el tema de la doble moneda y de la doble tasa de cambio, pero a eso hay que añadirle temas de infraestructura logística. Hay que añadir una infraestructura legal, mucho más clara, mucho más utilizable, una infraestructura financiera que permita realmente registrar las transacciones que se hagan entre los privados y el Estado, entre las personas naturales. Aquí hay un punto importante, estas empresas privadas tienen que pagar el fisco y para pagarle al fisco tiene que estar muy claro lo que realmente se ingresa, lo que realmente se gasta, tiene que existir una contabilidad clara.
Si esa contabilidad no está asegurada en la infraestructura con entidades que puedan certificar esa contabilidad, con entidades financieras que puedan procesar los pagos y por lo tanto se puedan verificar después, pasa lo que en buena medida ocurre hoy. No es un misterio que buena parte de los trabajadores por cuenta propia, futuros empresarios privados, subdeclaran al fisco de forma importante, porque como todo es en efectivo, no se sabe nada, como no tienen obligación de factura, no hay control de factura. Es muy difícil que esa pequeña empresa hoy en día no subdeclare los ingresos, lo cual no le conviene a nadie.

La unificación monetaria no es solo unificación de monedas

José Luis Rodríguez: Lo que dice Barrera es cierto, pero qué pasa, vuelvo a insistir en el punto del tiempo para instrumentar una medida. Evidentemente, la unificación monetaria lleva tiempo y eso se proclamó como objetivo a finales del 2013. Estamos ya a la mitad del 2016 y no se ha podido dar el primer paso, una devaluación de la tasa de cambio empresarial…
Rosa Miriam: Ya cumplimos 2 años de aquel pronóstico suyo en Cubadebate de que como mínimo se necesitarían 3 años para acabar con la dualidad monetaria.
José Luis Rodríguez: Cumplimos dos años y medio.
Rosa Miriam: Dos años y medio, usted dijo que por lo menos tardaría 3 años mientras otros entonces pronosticaron que sería un proceso rápido, que en siete semanas se produciría el cambiazo.
José Luis Rodríguez: Si, porque –según un criterio bastante extendido entre la población- se identificaba la unificación monetaria como si fuera una unificación de monedas y ese no es el problema. El problema está en cómo unificar las tasas de cambio -que además son dos, una para las personas jurídicas y otra para las personas naturales-, que es donde está realmente la dificultad y donde se requiere un tiempo para que esa medida trascurra. Mientras tanto, tenemos que convivir con esa dualidad y con las cuentas mejores o peores que existen hoy en día. Usted tiene que prever que va a ver descalces en ese sentido entre unos que se van afectar y otros que se van a beneficiar dentro de la sociedad. Tiene que actuar instrumentando algunas medidas compensado los efectos de la devaluación mientras esa situación dure salvando hasta donde sea posible los efectos negativos.
Por otro lado, no podemos esperar a que se haga la reunificación para empezar a brindar los subsidios a personas. Tenemos que trabajar con esas cuentas a sabiendas de que es un análisis muy complicado que puede tener determinadas incongruencias, pero el precio que se paga demorando esa medida que compense esos efectos negativos que se han mencionado aquí es muy elevado desde el punto de vista social. También hay que sacar bien las cuentas en ese sentido para que el efecto sea lo menor posible, porque el tema de la unificación monetaria tiene un capítulo final que se ha expresado y se volvió a expresar ahora en los documentos del Partido, cuando se reitera que nadie será afectado y eso es un compromiso muy grande, porque cuando hablamos de que nadie será afectado estamos hablando de las personas jurídicas y las personas naturales, estamos hablando de los consumidores, estamos hablando de toda la sociedad y hay que prever qué se va a hacer para que esa afectación— por lo menos—sea compensada en alguna medida durante un período de tiempo.
Evidentemente es uno de los temas más complicados que tenemos hoy día, porque al producirse, como debe suceder, una devaluación de la tasa oficial, lo que hoy entraba como un cuc igual a un peso en las cuentas de las empresas, mañana si la tasa del cambio digamos que pasa a 10 pesos por un cuc, ese cuc ahora representará 10 pesos en los costos y ahí va a ver un efecto inflacionario e inmediatamente va a subir el precio, por lo que hay que prever que se va a hacer con el precio final. O lo compensas de alguna manera o aumentas los ingresos de la población, es decir, tienes que hacer una serie de balances y, para que se aminore ese impacto. Porque si lo dejamos a que corra, sería igual que en una economía de mercado, donde el ajuste se hace y cada uno se las arregle como pueda. Ese compromiso que se ha establecido fija determinadas normas, y establece mayores complejidades, pero es consustancial a una ética social del socialismo.

Centralización y descentralización, una relación compleja

Rosa Miriam: Déjame hacer un paréntesis porque tengo aquí algunos comentarios de los lectores de Cubadebate que nos llegaron cuando publicamos los documentos del VII Congreso del Partido -se pueden descargar en nuestra página web. Decía este lector: “Todas las empresas de cualquier forma de propiedad deben tener las mismas facultades para actuar frente al mercado y al plan. Hoy las empresas estatales no tienen las mismas facultades que las demás, se han dado algunas que no son suficientes y no todas las aplican, no porque no sepan, sino por miedo… Por ejemplo, la ampliación del objeto social. Hoy existen capacidades subutilizadas, millonarias, en las empresas estatales que no se usan debidamente. Ponerlas en función de la sociedad permitiría incrementar la oferta e intervenir en el mercado y bajar los precios. ¿Por qué no se hace?
José Luis Rodríguez: Ahí me parece que entramos en un tema más profundo, que es hasta dónde llega la centralización en las decisiones económicas y hasta dónde podemos llegar con la descentralización de las mismas a nivel empresarial.
Rosa Miriam: y eso está pensado también
José Luis Rodríguez: Está pensado aquí, pero requiere de determinados pasos que hay que dar. No es simplemente decir vamos a descentralizar y -por ejemplo- que después no haya recursos para descentralizar. Es decir, se descentraliza mediante hechos concretos, en cosas concretas, y en ese sentido me parece que todavía venimos de una etapa en la cual producto de situaciones muy tensas, como las del Periodo Especial prácticamente el país tuvo que administrar muy centralmente los balances materiales fundamentales y tuvo que prácticamente llegar al detalle de las cosas fundamentales: alimentación, combustible, medicina etc. No obstante, en ese momento se abrieron determinadas posibilidades para que las empresas que operarán el sector de la divisa pudieran operar más o menos descentralizadamente.
Sin embargo, como no se crearon mecanismos para controlar o regular bien todavía esa descentralización, después en los años 2000 hubo que retornar a un nivel de centralización en el uso de la divisa que prácticamente cerró esa etapa de descentralización. Es decir, volvemos al tema de los recursos nuevamente. En general, está demostrado que con decisiones descentralizadas se gestiona más eficientemente la economía, es decir, yo pienso que hay que descentralizar. Pero no puede descentralizarse sobre la base de que usted mantenga indicadores que debe cumplir y que los mismos se mantengan absolutamente centralizados digamos, la capacidad de invertir, que es una de las decisiones fundamentales de una empresa. Se tiene que dar un rango, tiene que haber un fondo posible de invertir y la empresa tiene que tener capacidad, de dónde toma la decisión en un sentido o en otro, pero no puede mantenerse esa centralización de indicadores que todavía está presente en la planificación y pensar que eso se va a mantener para llegar a una economía más descentralizada. Eso tiene que variar y eso es un cambio de mentalidad importante porque además introduce entre otras cosas el factor de riesgo en la toma de decisiones.
Usted tiene que manejar esos elementos, usted no puede controlarlo todo. Hay un viejo dicho en el capitalismo que decía el que lo controla todo no controla nada porque realmente se te va la fuerza y se dispara el costo del control en tratar de llegarle a todos los detalles. Yo pienso que otorgar facultades para una gestión descentralizada es una decisión muy racional, pero que va a suponer un cambio importante en las formas de administración de los recursos del Estado. Desde luego que el estado seguirá manejando y planificando las grandes cifras de la macroeconomía, el balance de divisa del país. Pero una cosa es manejar el balance de divisas del país para decidir lo que exactamente tiene que hacer una empresa asignarle o no los recursos –como más o menos ocurre actualmente- y otra cosa es decir que va a haber esta cantidad de dinero que se le va a dar a las empresas y las empresas tienen un margen de decisión dentro de ciertas reglas del juego, lo cual es un enfoque completamente distinto. No hemos llegado, pienso, a la comprensión todavía de ese enfoque.
Jorge Barrera: Totalmente distinto en el enfoque, no tiene que ver con lo de hoy, y yo pienso que en una primera etapa, la gran ventaja que van a tener las empresas particulares es exactamente esa y hoy en día ya la tienen. Yo conozco a algunos empresarios entre comillas de este sector particular y veo cómo actúan, y no lo piensan dos veces para hacer una inversión, no lo piensan dos veces para buscar la pieza que les hace falta y sacan las cuentas perfectamente. ¿Cuánto me cuesta tener parada la máquina un mes?, tanto, ¿cuento me cuesta la pieza?, tanto, cómprala, y esa es la cuenta que sacan y por esa vía son eficientes.
Tanto las empresas estatales, como las empresas privadas, las mixtas, las que sean, tienen que tener una infraestructura financiera, legal, logística, que les permita ser eficientes, algo que hoy en día no existe en Cuba, no estoy hablando de mercado mayorista, estoy yendo un poco más allá.
Cuando uno ve los métodos de dirección de las empresas en los países desarrollados, por ejemplo, hay un sistema automatizado importante de dirección de empresas, SAP. El SAP (su nombre proviene de Sistemas, Aplicaciones y Productos en Procesamiento de datos) apoya que el responsable de mis inventarios como productor es el que me los suministra, y yo contrato con ese que me suministra mis inventarios. Le digo, fíjate yo tengo que tener aquí un mínimo de tanto y un máximo de tanto, como lo haces es un problema tuyo, o sea, el que produce hoy en día en un país desarrollado con esa infraestructura ni siquiera se preocupa de comprar los productos. Él se preocupa de a quien comprárselo, de firmar un contrato, y el que se preocupa de que tu tengas el producto es el que te lo suministra.
Cambia la idea de dirigir una empresa y el riesgo que José Luis nombraba con mucho atino, que es una de las características principales de toda actividad empresarial. No hay empresa que no tenga que correr riesgo, que no tenga estar constantemente analizando su riesgo; se centra en los aspectos más importantes de las empresa, no en los aspectos de logística, no en los aspectos de supervivencia, sino en los aspectos de cómo voy a complacer a mis clientes, cómo voy a dar un mejor servicio, cómo voy a hacer mejores productos. Ahí es donde está el riesgo que toma la empresa.
Conversando con José Luis Rodríguez y Jorge Barrera. Foto: David Vázquez
Conversando con José Luis Rodríguez y Jorge Barrera. Foto: David Vázquez

¿Hasta dónde la propiedad privada?

Rosa Miriam: Detengámonos en distintos tipos de propiedad que se describen en este documento, que es bastante “conceptualizador”, o sea, explica cada cosa casi como una Wikipedia. Por ejemplo, describe la propiedad socialista de todo el pueblo, la propiedad cooperativa, la propiedad mixta, la propiedad privada, la propiedad de las organizaciones políticas de masas, sociales y otras formas asociativas… Ahora, una pregunta que hacían los lectores de Cubadebate. Bajo los principios aquí descritos, que creo que son muy claros y donde la propiedad fundamental es la social socialista, ¿en qué otros sectores se puede aplicar la propiedad privada? ¿Solo en la agricultura y la gastronomía? ¿Por qué no en la industria ligera, la manufactura, la hotelería, la pesca, el transporte…?
José Luis Rodríguez: Primero, como decía hace un rato, este sector de propiedad no estatal se ha estado expandiendo en determinados sectores, primero existía ya en el sector agropecuario. Hay un porcentaje de propiedad privada que se arrastra desde la reforma agraria y también un sector cooperativo, las llamadas cooperativas de producción agropecuaria, que viene de finales de los 80 hacia acá y finalmente otra propiedad cooperativa mucho menos desarrolla que es la UBPC, la unidad básica ce producción cooperativa. Es decir, hay formas de propiedad que vienen de atrás, lo que ha cambiado lógicamente es la proporción ¿cuántas personas trabajaban en el sector no estatal en el año 89? el 6 por ciento la fuerza de trabajo, hoy es el 29 por ciento. Ahí está entrando básicamente el llamado trabajo por cuenta propia, propiedad privada urbana, propiedad privada agrícola, propiedad cooperativa agrícola y propiedad cooperativa no agropecuaria, además de las empresas mixtas que tienen otras características, pero también es un sector no totalmente estatal. Además, estas proporciones se han establecido sobre la base de descargar al estado en esta última etapa de aquellas actividades en las cuales el estado por el nivel de actividad que tiene, su gestión no es eficiente.
Un sector clásico, que además esta decidido pasarlo a gestión cooperativa, con más de 12 mil entidades que deben pasar en varios años, es el sector de la gastronomía y es evidente que eso puede dar un buen resultado. ¿Qué pasa? lo que decía Barrera, ese sector privado o cooperativa no agropecuario que está hoy manejando una parte importante de la gastronomía en este caso no estatal, tiene resueltos determinados problemas que no tiene resuelto el Estado. Por ejemplo, las fuentes de financiamiento.
Nosotros cuando pensamos en una inversión, sea el níquel, sean los derivados del azúcar, lo que sea estamos pensando es cómo el Estado obtiene recursos para ello y esos son volúmenes importantes de recursos. Sin embargo, este sector de propiedad privada y de propiedad cooperativa se nutre y se ha venido nutriendo a lo largo de los últimos años -y eso está reconocido en estudio empírico- por las remesas, donde los académicos norteamericanos dicen en sus estudios que el 50 por ciento de la remesas hoy es capital de trabajo. Esto es evidente, pues sería imposible comprender cómo se ha expandido ese sector, sector de baja intensidad de capital, si no hubiera habido una fuente de financiamiento no estatal y externa. Esa fuente de financiamiento todo parece indicar que ha transitado por ese 50 por ciento de las remesas. Si nos atenemos a los cálculos de las remesas que dio oficialmente el gobierno cubano, la última cifra ofrecida alcanza alrededor mil ochocientos millones al año, estaríamos hablamos de novecientos millones de capital de trabajo que ha entrado a ese sector, y eso hace incluso que se revelen algunas cosas aparentemente contradictorias. De este modo, este sector no estatal no pide créditos al banco en la medida que se supone que tuvieran que hacerlo, ya que lo están obteniendo de otro lado, es decir, que un sector para que se desarrolle tiene que tener una fuente financiera, y para ello se está nutriendo de una vía no estatal que le ha permitido y le ha dado la oportunidad de expandirse.
Lo que se ha planteado también en el documento es que para ese sector— cuestión que también tiene un amplio margen de discusión— no se permitirá la acumulación de la riqueza. Una de las cuestiones que queda todavía por resolver, no está totalmente perfilada en este análisis. No se permitirá esa acumulación, es decir, no va haber expansión, no va haber reproducción ampliada, ilimitada en ese sector.
Aquí se plantea por un lado en ese principio, pero por otro lado se habla de regular, y en la vía de la regulación se está pensando sobre todo en el mecanismo fiscal y el mecanismo fiscal tiene una serie de ventajas pero tiene una serie de costos también. Usted no puede elevarle la carga fiscal al sector privado hasta hacerlo prácticamente irrentable, porque entonces lo mata o hace que la actividad se sumerja, una cosa que planteaba Barrera al principio.
Me parece que está por explorar por qué no hacer inversiones mixtas entre ese sector privado y el Estado o crear un fondo de inversión mixto con las remesas y facilitar el movimiento de ese flujo de capital para beneficiar al Estado y beneficiar proporcionalmente con las tasas de interés que se quiera o con la facilidad crediticias que se quieran para promover eso. Me parece que falta por recorrer un camino en este sentido todavía por explorar, pero para mí está claro por lo menos hoy, si bien ese 29 por ciento de trabajadores está en el sector no estatal, hoy lo que contribuye en el PIB, de acuerdo a las estimaciones que se han hecho, son solo el doce por ciento del producto.
Eso te está indicando un sector de baja de intensidad de capital, un sector que no tiene la productividad promedio que puede tener el país, por no poner los extremos de la industria más desarrollada. Por lo tanto será un camino hacia el que por lo menos estos documentos apuntan y es a que el desarrollo va a venir básicamente por esas inversiones del sector estatal, y no por una expansión de sector no estatal de la economía. ¿Cómo se regula eficientemente ese sector no estatal? ¿Cómo hacer que crezca en función de los objetivos generales del país? Eso es lo que yo pienso que está todavía por perfilar exactamente, porque no creo que solo por la vía fiscal se pueda resolver el problema.

Precisar los extremos

Jorge Barrera: Creo que se pueden precisar un poco los extremos, ¿no? Hay un extremo que está más que claro y la gastronomía es parte de él. Cuando tú tienes una pequeña unidad productiva en la que trabajan tres personas puede ser que hasta 16 horas al día, cuando están totalmente aisladas, eso no hay quien lo controle centralmente, el Estado no se debe meter en eso. La vida ha demostrado en los últimos 50 años que es inútil, incluso que es un gasto desde todo punto de vista. Ese es un extremo. Yo creo que está claro que la gastronomía, la barbería, incluso los pequeños hostales y servicios personales, plomería, albañilería, etc. todo eso yo pienso que es algo que va a pasar cada vez más al sector privado, el que ya hoy en día está bastante bien representado.
Y está el otro extremo, que yo creo que el Estado nunca debe renunciar a él, que son las grandes industrias, que además inciden en el nivel de vida total de la población, que inciden en la capacidad defensiva del país, esas nunca se deben abandonar, y ahí está la electricidad, las telecomunicaciones, la minería.
Lo que no quita que en algún momento determinado, como explicaba José Luis, en el caso de las comunicaciones, se pueda hacer un negocio mixto, con alguien para adquirir tecnología, para adquirir, incluso, mercado, capital; y que después en la medida que el tiempo lo permita se recupere; pero esos grandes sectores que deciden generalmente la vitalidad del país yo creo que en ningún caso se deben privatizar.
Lo que decía José Luis es cierto, salta cuando uno lee el documento: ¿cómo se va regular el tema de la acumulación de las riquezas?, porque hay mucha discrecionalidad. Para algunas personas ganar 500 cuc al mes es una riqueza tremenda, incluso hasta para mí que gano la quinta parte de eso. Sin embargo, para otros no es tanto, para cualquier europeo, por ejemplo. Creo que en Suiza se estaba debatiendo darle, por ser suizo, 2500 euros al mes a todos los suizos. Se llevó a referendo y evidentemente 2500 euros al mes no es una bobería. Hasta donde se permite un nivel de riqueza, pienso que además tiene que ver con el desarrollo.
Me parece que lo más importante es que se pueda distribuir justamente, que no quiere decir igualitariamente, y eso es algo que tendrá que legislarse, perfeccionarse, acomodarse al estatus que tenga el país y el mundo, porque no somos tampoco ajenos al mundo. No estamos en un lugar que sea ajeno a lo que pasa en el mundo desarrollado y como es lógico todo el mundo mira al desarrollo, nadie mira al pequeño país de África, sino todo el mundo mira a EE.UU, a la Europa desarrollada, Japón, incluso ahora China, Singapur; o sea, a los países que van teniendo un nivel de desarrollo importante.

Gestión y propiedad

Rosa Miriam: Otro asunto muy llevado y traído, la diferenciación entre gestión y propiedad. ¿Cómo se percibe eso en el documento, que opinión tienen ustedes?
José Luis Rodríguez: Bueno ese es otro tema que yo pienso que todavía está abierto a debate. La propiedad no existe estáticamente, la propiedad tiene que reproducirse y, de acuerdo a como se reproduce esa propiedad, se expande o se contrae ese nivel de propiedad. Yo no puedo pensar que en una propiedad digamos que sea del Estado, y es arrendada por un privado o por una cooperativa yo pueda divorciar esa forma de gestión y pretender que el Estado se beneficie solamente del arriendo o de los impuestos sobre la ganancia que ese operador o gestionador de la propiedad arrendada saque, porque van a sacar más excedente que ese que van a tener que tributar al Estado.
Entonces, volvemos a la pregunta anterior, ¿qué hacer con ese excedente del sector no estatal? ¿Pensar que todo lo va consumir en consumo personal?, no es lógico que ocurra; además, tenemos la experiencia de sumas de dinero acumuladas en los bancos durante los años noventa, que simplemente permanecen ahí porque ya se cubrió la expectativa de consumo que tenían las personas que poseen ese dinero. Es decir, que tiene que encontrarse una salida y yo pienso que esa salida puede venir en parte por esa inversión mixta Estado-Privado, Estado-Cooperativa nacional, no extranjero, sino nacional, que le dé una fluidez y que conduzca digamos a un nivel racional esas ganancias.
Hay por aquí otros criterios que dicen: “bueno, se supone que tengan ganancias racionales”. Eso no puede quedar así, porque qué cosa es ganancia racional para alguien que se está expandiendo en el sector privado o en el sector cooperativo? Tiene que haber mecanismos más sofisticados, que no partan de un criterio de que la gestión es totalmente independiente a la propiedad. Hay que vincular lo que es propiedad estatal con su gestión, y no llevar el análisis a los extremos. Cómo lograr ese equilibrio es complejo, pero no imposible de lograr si se aplican criterios apropiados.
Las formas de regulación de la gestión mercantil no estatal requieren todavía una refinación en el análisis. Yo creo que aquí están apuntadas algunas cosas, pero me parece que vamos a decir que lo que hoy existe se queda corto, en ese sentido hay que avanzar mucho más.
Jorge Barrera: Ese es uno de los temas que no tiene una solución que no sea de prueba y error, y pasa con muchos temas sociales y económicos. Ahí va a haber que hacer legislaciones con la racionalidad del momento en que se hagan. No pueden ponerse en vigor y que la vida las corrija por la vía de su incumplimiento ¿no? Porque es imposible que una resolución se mantenga en el tiempo con las condiciones tan variables que vamos a tener, y va a depender también del propio desarrollo económico que tenga el país.
Hoy día, para poner un ejemplo bastante fuerte para la juventud, tener un carro casi que es un lujo, yo aspiro a que este país en 15 o 20 años sea un lugar donde tener un automóvil, no sea un lujo, sino un requisito para un nivel de vida aceptable, de un profesional, de una persona destacada, pero bueno, ¿cuánto vale un carro?, ¿cómo se mantiene?, todas esas cosas van a tener que ver con cuanto es racional que una persona gane y cómo hacerlo.

Efecto demostración

Rosa MiriamPor ejemplo, en el sector de la prensa ha habido mucho debate sobre el tema de la propiedad de los medios, en un contexto en que han cambiado dramáticamente los medios de producción. Para nosotros está muy clara la diferencia entre propiedad y gestión. Una organización social puede ser el dueño de un periódico, digamos, pero no debería ser quien lo gestione, porque se necesita de una fuerza calificada para intervenir en un proceso tan complejo como el comunicativo. Por otro lado, no se podía prever en 1976 la emergencia de los blogs, por ejemplo, que es un medio de propiedad personal, ni de un subsistema de medios privados asociados, en algunos casos, a negocios particulares que son legales en el país. Todo esto se complica, porque hay fondos millonarios para el cambio de régimen en Cuba, provenientes de Estados Unidos, que se inyectan cada año en el espacio público cubano, funcional a la decisión de los vecinos de favorecer y “empoderar” –palabreja de moda- al sector privado nacional. ¿Cómo se interrelaciona todo esto en la conceptualización de nuestra política económica y social? ¿Cómo impacta el entusiasmo Estados Unidos de fomentar el sector privado en el país para crear las bases del retorno al capitalismo en Cuba?
José Luis Rodríguez: Yo pienso que a partir del 17 de diciembre del 2014 Estados Unidos reconoció que la agresión por la vía del Bloqueo no había dado resultado y por lo tanto había que cambiar de política; pero cuando se lee con cuidado, en el propio comunicado del Departamento de Estado del 17 de diciembre del 2014 se dice que no han cambiado los objetivos de cambiar el régimen político de Cuba y eso lo ratifica Obama en la entrevista que le hicieron un año después en el 2015. Vuelve a rectificar ese criterio, incluso dice más: yo no voy a avanzar en el Bloqueo, en su levantamiento, si Cuba no hace concesiones. Es decir, está planteando que es un arma de negociación para presionar lo que está presente. Por otro lado, las medidas que adoptan, tal vez las más connotadas, aunque todavía la aplicación no es muy práctica, son apoyar el sector privado.
Hay productos hoy que si el sector privado operara en comercio exterior puede comprar en Estados Unidos, eso está autorizado ¿Con qué intención se hace?, Está claro: elevar la preponderancia económica de ese sector privado para contraponerlo a la economía socialista en el país y crear una base que sirva después de plataforma política para una oposición en Cuba y llegar hasta un partido político en este sentido. Esa intencionalidad no podemos pasarla por alto.
Si analizas exactamente lo que han hecho los americanos en términos de la economía, yo diría que lo más importante no es lo que han hecho directamente en sus efectos prácticos, comparado con lo que ha producido ese cambio en las relaciones con Estados Unidos, con la posición de terceros países.
Cuando uno analiza la reacción por ejemplo del capital español en Cuba, uno ve que -ante la futura presencia del capital norteamericano más fuerte en Cuba cuando se levante el bloqueo-, lo que se plantea es que tienen que ganar espacios los que ya están en el país. Y ahí están las visitas de los secretarios de estado, particularmente la del verano del 2015, que el secretario del Estado Español que estuvo aquí dijo que iban a invertir 40 millones de euros en estudiar el mercado cubano y que habían identificado 400 millones de euros en inversiones adicionales que ya podían desarrollarse, es decir, quieren tener una mayor presencia.
España es el tercer socio comercial de Cuba y es el primer inversor extranjero por número de inversiones. No por el volumen, pero sí por número de inversiones es el principal. Por tanto, está claro eso, pasa con México también, tal vez en menor medida.
Rosa Miriam: Ha tenido digamos un impacto psicológico.
José Luis Rodríguez: Yo le digo el efecto demostración, el efecto de lo que pudiera ocurrir, como se refleja en terceros países. Porque si se analiza lo que directamente ha hecho Obama, liberalizó los niveles de remesas y un acuerdo potencial todavía no ejecutado de que aumenten los vuelos a Cuba, y otras medidas de menor impacto, pero por otro lado tienen prohibido el turismo, y esa prohibición forma parte de la ley que cambió las relaciones económicas con Cuba del año 2000 para permitir la compra excepcional de alimentos y medicinas, pero el turismo no lo han liberado, porque lo tiene que liberar el Congreso, no lo puede hacer Obama tampoco. Tienen acuerdos en las telecomunicaciones, es decir, van en esa dirección indudablemente y también el intercambio cultural, que se ha ampliado de una manera tremenda. Se ve en las figuras que están llegando a Cuba: Robert de Niro, Richard Gere, los Rolling Stones, es decir, hay una vía de penetración cultural que, indudablemente, se han instrumentado los mecanismos para una trasmisión de una visión cultural de Cuba que tiene impacto. No puede decirse que simplemente pase totalmente inadvertida, incluso la población la percibe. Aquí está los resultados mediáticos de la visita de Obama que apuntan también en esa misma dirección, como se montó prácticamente un espectáculo en ese sentido, muy bien concebido para impactar positivamente en la población.
Todo eso nos abre a nosotros un espacio, que creo que tú dijiste en un artículo que ya no se trata de fajarnos a cañonazos, pero sí viene una batalla ya de ideas, una verdadera batalla de ideas en qué es posible y en qué no es posible aceptar de esa relación. Porque evidentemente, si los objetivos se mantienen, no podemos perder de vista eso. Podrán suavizarse las relaciones, podemos hacer intercambios de distintos negocios, incluso se pueden ampliar los negocios, pero tenemos que tener siempre muy claro, que no podemos reproducir otra vez un esquema, concentrándonos solamente en el mercado norteamericano, por más agradable, por más positivas que puedan parecer las medidas a corto plazo, que incluso pudieran adoptarse por el gobierno norteamericano.

Zanahoria y garrote

Estudios Balari. Foto: David Vázquez
Estudios Balari. Foto: David Vázquez
Rosa Miriam: El gobierno cubano ha denunciado que aún el país no tiene la posibilidad de usar el dólar en las transacciones internacionales, que siguen las sanciones del bloqueo y que los principales instrumentos de presión a la economía nacional están todavía intactas.
Jorge Barrera: Hay que verlo a la luz de lo que decía José Luis al inicio, porque Obama lo que está utilizando es una política de zanahoria y garrote, no hay la más mínima duda. El que vea eso de otra forma está totalmente equivocado, es un proceso que está caminando y todavía no está terminado; pero yo pienso que a la larga van a levantar el bloqueo. Más temprano o más tarde, me parece que incluso lo que está pasando en las elecciones presidenciales en toda la campaña inicial lo indica; cada vez hay más gente en el Congreso que están de acuerdo con tomar esa medida y es algo que va creciendo y que va llegar a un punto, cuando dejen que los americanos viajen como turistas a Cuba, que no tendrá paso atrás. El día que lleguen a ese punto no tendrá retroceso y realmente todo el resto de las relaciones se van a normalizar.
Hay un libro de Roa, “Retorno a la alborada”, que contiene una anécdota interesante. Reseña la frase de un anarquista que pudiera traducirse en este contexto a que si la política es de zanahoria y garrote, me como la zanahoria y no dejo que me den garrote. Algo por el estilo ¿no? Y yo pienso que eso es lo que tenemos que hacer. No hay porqué tenerle miedo a esa situación.
Venimos diciendo de forma pública y además de una forma totalmente honesta, que nos está haciendo daño la política actual del bloqueo, y sería realmente hacer como el avestruz, meter la cabeza en la arena, si se evita que la situación cambie. Los riesgos hay que combatirlos de una forma inteligente y tomar todas las medidas en nuestro país, con nuestras personas, con nuestros jóvenes, para que entiendan eso.
Desde un punto de vista ideológico nuestra juventud es bien abierta y yo pienso que hay bastantes sentimientos patrióticos, a pesar de que muchos de nuestra edad no lo ven así. Creo que sí los hay y en la medida que haya una plataforma que permita tener una vida decorosa en Cuba, esos sentimientos van a crecer.
A eso me refiero, vamos a comernos la zanahoria, vamos a desarrollar más el país utilizando esas posibilidades, y sencillamente no nos dejamos dar el garrotazo.

Conversando con

jose luis rodriguez
José Luis Rodríguez: Actualmente Asesor del Centro de Economía Mundial (CIEM), es graduado en Licenciatura en Economía de la Universidad de La Habana, (1969), Doctor en Ciencias Económicas, en la Academia de Ciencias de la URSS (1978), Investigador titular, profesor titular adjunto, y profesor de mérito de la Universidad de Pinar del Río (2002), Académico de mérito de la academia de Ciencias de Cuba (2002).Ministró de Finanzas y precios de la República de Cuba (1993-1995). Ministro de Economía y Planificación y Vicepresidente del consejo de ministros (1995-2009).

jorge barrera
Jorge Barrera Ortega: graduado de Ingeniero economista en la Escuela Superior de Transporte, Dresden, RDA (1964). Dr en Ciencias Económicas por la Escuela Superior Bruno Leuchner, Berlin (1983), Trabajó en temas informáticos desde 1969 en Juceplan, 1986 en el MINBAS, 1990 en el sistema bancario, 2010 en Desoft. Del año 2000 al 2010 ocupó los cargos de Vicepresidente y Vicepresidente Primero en el Banco Central de Cuba. Profesor Titular adjunto de la Universidad de La Habana.

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