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Ciego de Ávila, 20 ago (ACN) Más de 40 millones de pesos aportaron las casas de cultivos protegidos de la Empresa Agroindustrial Ceballos, en Ciego de Ávila, durante 2016 y los siete primeros meses del actual año, lo que demuestra la efectividad científico-técnica.

  Los resultados obedecen a que las unidades cubiertas con una tela que disminuye en un 32 por ciento la radiación solar, permiten obtener hortalizas de alta calidad todo el año, incluyendo los meses de intenso calor.

   La cobertura de tejidos antiáfidos también protege las plantas de las fuertes lluvias propias de países tropicales, teniendo en cuenta como ventaja principal el hecho de ser centros operables por pequeños y medianos productores en el cultivo de hortalizas, con un costo de inversión inicial.

   Esta iniciativa fue la primera del país en 1995 y comenzó con una superficie que poco a poco aumentó hasta llegar a unas 27 hectáreas, con trabajadores que atienden los viveros, siembran y cultivan tomate, melón, ajíes, pepino, pimiento, col y otros vegetales de amplia demanda en el mercado local, el turismo y el exterior.

   Su tecnología permite la introducción del riego de agua localizado junto al fertilizante, con lo cual se obtienen hermosos frutos de enero a diciembre, expresó el ingeniero Edel Barbosa Menéndez, director de esa unidad empresarial de base.

    La productividad de estas instalaciones se sustenta en la estrategia del manejo de su labranza, de manera tal que no haya afectaciones por los organismos nocivos y sea eficiente el uso de plaguicidas y también impedir la contaminación del ambiente, agregó Barbosa.

    Entre sus ventajas se encuentran las siembras fuera de época, mayor precocidad, aumento de la producción, mejor control de plagas y enfermedades, ahorro de agua de riego y menos riesgos catastróficos, en tanto es necesario la especialización empresarial y técnica en ese tipo de cultivo, que cada año alcanza más de dos mil toneladas de hortalizas.

   La mayoría de las laborantes son mujeres que se desempeñan en los semilleros y en la recogida del fruto, precisó el ingeniero Wilver Bringas Fernández, director general de la Empresa Agroindustrial Ceballos.

   En el módulo de unidades forradas con tela sintética se puso en marcha una moderna línea de encurtidos con un quemador de gas licuado para pelar el ají pimiento brujal  y envasarlo en latas de medio kilogramo, además de mermeladas y conservas de zanahoria, remolacha, pepino y quimbombó, que reportan valor agregado.