Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 15 de julio de 2017

Cuba estima que producirá 54.500 toneladas de sulfuros de níquel y cobalto en 2017


Reuters • 


Cuba planea producir 54.500 toneladas de sulfuros de níquel y de cobalto este año, dijo la televisión estatal durante el fin de semana.

El níquel es una de las exportaciones más importantes del país comunista, pero sus ingresos han sufrido en los últimos años debido a una disminución de la producción y los precios.

El país ocupó el décimo lugar en la producción mundial de níquel en 2016 y el sexto en la de cobalto.

Durante la primera década de este siglo, Cuba produjo en promedio 74.000 toneladas de níquel y cobalto, pero la más antigua de tres plantas fue cerrada en el 2012 y otra ha sufrido daños por huracanes y obsolescencia.

Ejecutivos cubanos de la industria del níquel dijeron a Reuters hace un año que la industria estaba promediando una producción de 56.000 toneladas por año.

El informe emitido el sábado por la noche del sábado desde Moa, en la provincia de Holguín, donde el monopolio estatal Cubaníquel posee una planta y es socio de la empresa minera canadiense Sherritt International en otra, dijo que ambas estaban en camino de alcanzar la meta de 54.500 toneladas.

El níquel es esencial en la producción de acero inoxidable y otras aleaciones resistentes a la corrosión. El cobalto es crítico en la producción de superaleaciones usadas para productos como motores de aviones.

Cuba exporta a China, Europa y Canadá.

(Tomado de América Economía)

El último acto de una larga estafa

Los cambios hechos por los republicanos a su ley de reforma sanitaria la hacen igual de mala, pero de forma más sutil



La senadora demócrata Elisabeth Warren encabeza una protesta de mujeres contrarias al plan sanitario republicano en Washington. ASTRID RIECKEN AFP


Hace unos días, el tuitero en jefe exigió que el Congreso promulgase "un precioso proyecto de ley nuevo sobre la asistencia sanitaria" antes de que se suspenda la actividad parlamentaria. Pero ahora que hemos visto la última versión de la "reforma" sanitaria de Mitch McConnell, la palabra "preciosa" no es precisamente la que mejor la define. De hecho, es de una fealdad incomparable, intelectual y moralmente. Las versiones anteriores de la atención sanitaria de Trump eran terribles, pero esta es, por increíble que parezca, incluso peor.

Antes de meterme en lo que la hace peor, vamos a hablar de un elemento del nuevo proyecto de ley que puede parecer un paso en la dirección correcta, y de por qué es en gran medida un fraude.

El proyecto de ley original del Senado tuvo mucha mala prensa justificada por recortar la asistencia sanitaria a los más pobres (Medicaid) y al mismo tiempo rebajar considerablemente los impuestos a los ricos. Esta versión reduce algunas de esas bajadas de impuestos —aunque ni mucho menos todas— por lo que parece una concesión a los moderados.

Sin embargo, al mismo tiempo, el proyecto de ley permitiría a la gente utilizar las cuentas de ahorro sanitarias con exenciones fiscales para pagar las primas de los seguros. En la práctica, esto crea una nueva exención tributaria que principalmente ayuda a la gente con rentas elevadas que (a) se puede permitir ingresar mucho dinero en dichas cuentas y (b) soporta unos tipos impositivos marginales altos, y, por tanto, consigue un importante ahorro fiscal.

Por tanto, sigue siendo un proyecto de ley que quita a los pobres para dar a los ricos; simplemente lo hace de forma más sigilosa. No obstante, esta reestructuración tributaria le da a McConnell un poco más de dinero con el que jugar. ¿Y cómo aborda los dos grandes problemas del proyecto de ley original, es decir, los recortes salvajes a Medicaid y el aumento de las primas para los trabajadores más mayores y menos adinerados? No lo hace.

Aparte de unos pequeños retoques, esos brutales recortes a Medicaid siguen formando parte del plan, y sí, son recortes, a pesar de los desesperados intentos republicanos de fingir que no lo son. La reducción de las subvenciones que harían que las primas se disparasen para millones de personas también sigue ahí.

La parte buena, si se puede llamar así, es que hay un poco más de dinero para la crisis de los opiáceos, algo de dinero (pero no suficiente) para los pacientes de riesgo especialmente alto, y un poco más de ayuda para las aseguradoras, o sea, lo mismo que los republicanos denunciaron y calificaron de escandalosos beneficios para las empresas cuando lo hicieron los demócratas.

Sin embargo, el cambio más importante en el proyecto de ley es la manera en que, a efectos prácticos, dejaría sin protección a las personas con enfermedades preexistentes. La Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (Obamacare) establecía unos niveles mínimos en los tipos de pólizas que se permitía ofrecer a las aseguradoras; el nuevo proyecto de ley del Senado cede ante las exigencias de Ted Cruz de que se permita a las aseguradoras ofrecer unos planes reducidos que cubren muy poco y con unas desgravaciones muy altas que serían inútiles para la mayoría de la gente.

Las consecuencias de este cambio serían desastrosas. Créanme, no lo digo yo: es lo que dicen las propias aseguradoras. En una nota de prensa, la AHIP, la patronal del sector asegurador, advertía que la aprobación de la propuesta de Cruz "fracturaría y segmentaría los mercados aseguradores en fondos de mutualización de riesgos", que darían lugar a "unos mercados de seguros sanitarios inestables" en los que las personas con enfermedades preexistentes perderían la cobertura o tendrían planes que serían "mucho más caros" que con la ley actual.

O dicho de otra manera, este proyecto de ley sumiría a los mercados de seguros en una espiral mortal clásica. Los republicanos llevan años vaticinando esta espiral, pero siguen estando equivocados: todos los indicios muestran que el Obamacare, a pesar de que adolece de algunos problemas reales, se está estabilizando y funciona bastante bien en los Estados que lo apoyan. Pero, en la práctica, este proyecto de ley echaría por tierra todos esos progresos.

Y hablemos claro: muchas de las víctimas de estas consecuencias negativas serían miembros de la clase obrera blanca, personas que votaron a Donald Trump creyendo que iba en serio cuando prometió que no habría recortes en Medicaid y que todo el mundo tendría un seguro mejor y más barato. Por tanto, ¿por qué presionan los líderes republicanos para que se apruebe esto? ¿Por qué hay tan siquiera una posibilidad de que se pueda convertir en una ley?

La principal respuesta, diría yo, es que lo que sucedería si se aprobase este proyecto de ley —un importante descenso del número de estadounidenses con seguro médico y una drástica disminución de la calidad de la cobertura para aquellos que lo sigan teniendo— es lo que los republicanos han querido todo este tiempo.

Naturalmente, durante la yihad de ocho años contra la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, el Partido Republicano fingió lo contrario: denunciaba Obamacare por no cubrir a todo el mundo; atacaba los elevados gastos adicionales asociados a muchas de sus políticas, etcétera. Pero la ideología conservadora siempre ha rechazado la propuesta de que la gente tiene derecho a la asistencia sanitaria; la élite republicana consideraba, y sigue considerando, que la gente cubierta por Medicaid, en concreto, son unos aprovechados que en realidad están robando a los ricos, que merecen más por serlo.

Y los conservadores siempre han opinado que los estadounidenses tienen un seguro médico demasiado bueno y que deberían pagar más en gastos deducibles y en copagos, lo que les haría "arriesgar el pellejo" y, por tanto, supondría un incentivo para controlar los costes.

De modo que suponemos que lo que estamos viendo aquí es el último acto de una larga estafa, el momento en el que los estafadores hacen caja y sus víctimas descubren que les han engañado. Lo único que falta por saber es si realmente se saldrán con la suya. Lo descubriremos muy pronto.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía.
© The New York Times Company, 2017.
Traducción de News Clips.

Concluye primera etapa de la Tarea Vida: Un plan para salvaguardar el país




Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

Una amplia información sobre el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático recibieron hoy los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su Noveno Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura.

En presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, los detalles sobre el particular los ofreció Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Conocida también como Tarea Vida, la iniciativa la aprobó en abril pasado el Consejo de Ministros, recordó Pérez Montoya al referirse a la norma para contrarrestar los daños que pudieran ocasionar en Cuba las modificaciones climáticas en los próximos años.

Sus antecedentes son las investigaciones iniciadas en 1991 por la Academia de Ciencias de Cuba y que se intensificaron a partir de noviembre de 2004, tras los impactos destructivos de los huracanes Charley e Iván en el occidente del país, señaló.

Desde entonces, agregó, comenzaron los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo territoriales para la reducción de desastres, en tanto en 2007 empezó la conformación del Macroproyecto sobre peligros y vulnerabilidad costeros para los años 2050-2100.

Bajo la dirección del CITMA, participaron representantes de 16 instituciones de cinco organismos de la Administración Central del Estado, en febrero de 2011 lo aprobó el Consejo de Ministros y más tarde se dio paso a su actualización, de acuerdo con sus estadísticas.

Detalló el hecho de que la Tarea Vida tiene un alcance y jerarquía superiores a los anteriormente elaborados, su implementación requerirá de un programa de inversiones progresivas a corto (año 2020), mediano (2030), largo (2050) y muy largo (2100) plazos.

Precisó que se han identificado áreas priorizadas, teniendo en cuenta la preservación de la vida de las personas en los lugares más vulnerables, su seguridad alimentaria y el desarrollo del turismo.

La Tarea Vida, explicó, incluye acciones dirigidas a contrarrestar las afectaciones en las zonas vulnerables, entre ellas no permitir construcciones de nuevas viviendas en los asentamientos costeros y reducir las áreas de cultivo próximas a las costas o dañadas por la intrusión marina a los acuíferos subterráneos.

Contiene 11 tareas y la primera está relacionada con la necesidad de identificar y acometer acciones y proyectos de adaptación de carácter integral a fin de disminuir la vulnerabilidad en 15 zonas prioritarias.

En la lista figuran, sin ser inamovibles, el sur de las provincias de Artemisa y Mayabeque; el litoral norte de La Habana y su bahía; la Zona Especial de Desarrollo de Mariel; Varadero y sus corredores turísticos.

Además, los cayos de Villa Clara y del norte de Ciego de Ávila y Camagüey; el litoral norte de Holguín; la ciudad de Santiago de Cuba y su bahía; así como también los territorios amenazados por la elevación del nivel medio del mar en Cienfuegos, Manzanillo, Moa, Niquero y Baracoa.

El cambio climático es atribuido a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera y que se suma a su variabilidad natural durante períodos de por lo menos 30 años, por lo cual sus estrategias principales de enfrentamiento son la mitigación y la adaptación.

En consecuencia, el clima de la Isla es cada vez más cálido y extremo, como lo demuestra el hecho de que desde 2001 hasta la fecha la azotaron nueve huracanes intensos, algo sin precedentes en la historia, según expertos en la materia.

Su régimen de lluvias se ha modificado e incrementado desde 1960 la frecuencia y extensión de las sequías, mientras se estima que el nivel del mar ha subido de forma acelerada en los últimos cinco años.

Las inundaciones costeras ocasionadas por la sobreelevación del mar y el oleaje, producidos por huracanes, frentes fríos y otros eventos meteorológicos extremos, representan el mayor peligro por los daños que ocasionan sobre el patrimonio natural y el construido.

Pérez Montoya anunció la terminación de la primera etapa del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático en la nación, que incluyó visitas de mayo a junio a todas las provincias y al Municipio Especial de la Isla de la Juventud, con el propósito de educar a la población y fomentar la percepción del riesgo.

Reina Mercedes Rodríguez, diputada por Villa Clara, propuso una felicitación a los organismos e instituciones implicados en elaboración de la Tarea Vida, sobre todo su aplicación a pesar del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos, considerado el genocidio más largo de la historia.

Su colega Andrés Castro Alegría opinó que es estratégica la implementación y sugirió su respaldo y aprobación, lo cual se llevó a cabo por unanimidad.



Los diputados conocieron sobre el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

(Con información de ACN)

Seguiremos avanzando en el camino escogido soberanamente por nuestro pueblo

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del IX Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 14 de julio de 2017, “Año 59 de la Revolución”.





Foto: Estudios Revolución

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Compañeras y compañeros:

Como es habitual en esta fecha del año, hemos tenido bastante actividad. El 28 de junio celebramos la reunión del Consejo de Ministros, donde entre otros temas pasamos revista a los asuntos que serían presentados a esta sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Desde el lunes los diputados han trabajado en sus respectivas comisiones analizando las principales cuestiones del quehacer nacional y recibieron amplia información sobre la ejecución del Plan de la economía en el primer semestre y la liquidación del Presupuesto del Estado del año 2016.

Igualmente, nuestro Parlamento fue actualizado sobre el Plan del Estado cubano para el enfrentamiento al cambio climático, identificado como “Tarea Vida”, un asunto de especial significación estratégica para el presente y sobre todo el futuro de nuestro país, dada su condición insular, en el que hemos contado con la participación del potencial científico y tecnológico nacional a lo largo de más de 25 años.

Muy vinculada con la “Tarea Vida”, hoy aprobamos la Ley de Aguas Terrestres, en la que se ha venido trabajando desde el año 2013 con el concurso de los organismos y las instituciones de mayor incidencia en la gestión integrada y sostenible del agua, un recurso natural vital que debe ser protegido en interés de la sociedad, la economía, la salud y el medio ambiente, máxime en las circunstancias de prolongadas y cada vez más frecuentes sequías que enfrentamos, acerca de lo cual se ha estado brindando bastante información a nuestro pueblo y hay que continuar haciéndolo.

Desde la elaboración del plan y el presupuesto para el presente año, alertamos que persistirían tensiones financieras y retos que podrían complicar el desempeño de la economía nacional. Igualmente previmos eventuales dificultades en el suministro de combustibles desde Venezuela, a pesar de la invariable voluntad del presidente Nicolás Maduro y su gobierno por cumplirlo.

Aun en medio de estas complejas circunstancias se ha obtenido un discreto resultado alentador. El producto interno bruto creció en el primer semestre un 1,1%, lo cual denota un cambio en el signo de la economía en comparación con el año anterior. Contribuyeron a este resultado la agricultura, el turismo y otras exportaciones de servicios, las construcciones, la producción de azúcar y la esfera del transporte y las comunicaciones.

Se han logrado avances en los programas de inversiones priorizadas que sientan las bases para el desarrollo de la nación.

Se aseguraron los servicios sociales gratuitos a todos los cubanos, como la educación y la salud pública.

Ha mejorado el equilibrio monetario interno, lo cual se expresa en un menor crecimiento de los precios minoristas ante una mayor oferta en los mercados.

El déficit presupuestario se ha comportado por debajo de lo previsto.

Por otra parte, no sin grandes esfuerzos, se ha logrado preservar el cumplimiento riguroso de las obligaciones resultantes del reordenamiento de la deuda externa cubana con nuestros principales acreedores, si bien, a pesar de múltiples gestiones realizadas, todavía no hemos podido ponernos al día en los pagos corrientes a los proveedores, a quienes les ratifico el agradecimiento por su confianza hacia Cuba y la voluntad de honrar todas y cada una de las cuentas vencidas.

La situación descrita nos obliga a proseguir adoptando las medidas requeridas para proteger al máximo los ingresos por exportaciones, la producción de alimentos y los servicios a la población, a la vez que suprimimos todo gasto no imprescindible y garantizamos la utilización más racional y eficiente de los recursos disponibles para respaldar las prioridades aprobadas.

Pasando a otro asunto, en correspondencia con los acuerdos del Sexto y Séptimo congresos del Partido se autorizó la ampliación del trabajo por cuenta propia y el experimento de las cooperativas no agropecuarias con el propósito de ir paulatinamente despojando al Estado de actividades no estratégicas, generar empleos, desplegar iniciativas y contribuir a la eficiencia de la economía nacional en interés del desarrollo de nuestro socialismo.

Más recientemente, el pasado mes de junio, en la sesión extraordinaria del Parlamento, dedicada a analizar y respaldar los documentos programáticos del Modelo Económico y Social, luego de concluir el proceso de consulta con la militancia del Partido y la Juventud, representantes de las organizaciones de masas y amplios sectores de la sociedad, se reconocieron estas actividades entre las formas de propiedad que actúan en la economía cubana.

Actualmente contamos con una cifra superior al medio millón de trabajadores por cuenta propia y más de 400 cooperativas no agropecuarias, lo que confirma su validez como fuente de empleo, al tiempo que ha permitido incrementar y diversificar la oferta de bienes y servicios con niveles aceptables de calidad.

No obstante, como analizamos en la reunión del Consejo de Ministros del pasado 28 de junio, se han puesto de manifiesto desviaciones de la política definida en esta materia y violaciones de las regulaciones legales vigentes, como la utilización de materias primas y equipos de procedencia ilícita, subdeclaración de ingresos para evadir las obligaciones tributarias e insuficiencias en el control estatal a todos los niveles.

Con el propósito de erradicar los fenómenos negativos detectados y asegurar el desarrollo ulterior de estas formas de gestión en el marco de la legalidad, el Consejo de Ministros adoptó un conjunto de decisiones que serán ampliamente divulgadas en la medida en que se publiquen las regulaciones actualizadas.

Considero conveniente enfatizar que no hemos renunciado al despliegue y desarrollo del trabajo por cuenta propia, ni a proseguir el experimento de las cooperativas no agropecuarias. No vamos a retroceder ni a detenernos, ni tampoco permitir estigmas y prejuicios hacia el sector no estatal, pero es imprescindible respetar las leyes, consolidar lo avanzado, generalizar los aspectos positivos, que no son pocos, y enfrentar resueltamente las ilegalidades y otras desviaciones que se apartan de la política establecida.

Estoy seguro de que en este empeño podremos contar con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos que de manera honesta ejercen en este sector.

No olvidemos que el ritmo y la profundidad de los cambios que debemos introducir en nuestro modelo deben estar condicionados por la capacidad que tengamos de hacer las cosas bien y rectificar oportunamente ante cualquier desviación. Ello solo será posible si se garantiza una adecuada preparación previa —que no hacemos—, la capacitación y dominio de las regulaciones establecidas en cada nivel y el acompañamiento y conducción de los procesos, aspectos en los que no ha faltado una buena dosis de superficialidades y un exceso de entusiasmo y deseos de avanzar más rápido de lo que somos realmente capaces.

Este tema que acabo de tocar, creo que se entiende perfectamente. Es necesario cumplir lo que hemos acordado, lo necesita el país y también la Revolución. El deseo de hacer cosas rápidas sin una preparación correcta, en primer lugar de los que tienen que aplicar las medidas, conduce a todos esos errores, y después criticamos a los que no debemos criticar.

Se han cometido hechos delictivos, existen informaciones de casos donde una misma persona tiene ya dos, tres, cuatro y hasta cinco restaurantes. No en una provincia, sino en varias, una persona que ha viajado más de 30 veces a diferentes países. ¿De dónde sacó el dinero? ¿Cómo lo hizo? Todos esos problemas existen; pero no debemos emplearlo como pretexto para criticar una decisión que es justa.

Qué hace un Estado, máxime un Estado socialista, administrando una barbería de un sillón, de dos o tres sillones, y cada determinada cantidad de pequeñas barberías, no muchas, un administrador y menciono esta por ser una de las primeras medidas que tomamos.

Decidimos hacer las cooperativas, probamos con algunas e inmediatamente nos lanzamos a hacer decenas de cooperativas de la construcción, ¿nadie ha analizado las consecuencias que eso trajo y los problemas que esa precipitación ha creado?, por mencionar una sola. Y como esas, hay unas cuantas. Eso es lo que quiero expresar en palabras sencillas y modestas, ¿De quién son esos errores? De nosotros principalmente, de los dirigentes que hemos elaborado esa política, aunque en consulta con el pueblo, con la aprobación del Parlamento, del último Congreso, de la última reunión que tuvimos aquí el pasado mes, para aprobar todos estos documentos que mencioné al principio de mis palabras. Esa es la realidad. No tratemos de tapar el sol con un dedo. Errores son errores, y son errores nuestros, y si vamos a medir por la jerarquía entre nosotros, son errores míos en primer lugar, porque soy parte de esa decisión. Esa es la realidad.

Sobre nuestra política exterior deseo expresar lo siguiente:

El pasado 16 de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la política de su gobierno hacia Cuba, nada novedosa por cierto, pues retoma un discurso y matices del pasado de confrontación, que demostraron su rotundo fracaso a lo largo de 55 años.

Es evidente que el Presidente norteamericano no ha sido bien informado acerca de la historia de Cuba y de las relaciones con Estados Unidos, ni sobre el patriotismo y la dignidad de los cubanos.

La historia no puede ser olvidada, como a veces nos han sugerido hacer. Por más de 200 años, los vínculos entre Cuba y Estados Unidos han estado marcados, de una parte, por las pretensiones del vecino del Norte de dominación sobre nuestro país y, de otra, por la determinación de los cubanos de ser libres, independientes y soberanos.

A lo largo de todo el siglo XIX, invocando las doctrinas y políticas del Destino Manifiesto, Monroe y la Fruta Madura, diferentes gobernantes estadounidenses trataron de apropiarse de Cuba, y a pesar de la heroica lucha de los mambises, lo lograron en 1898, con la intervención engañosa al final de la guerra que por 30 años los cubanos libraron por su independencia, a la que las tropas norteamericanas entraron como aliados y luego se convirtieron en ocupantes: pactaron con España a espaldas de Cuba, ocuparon militarmente el país durante cuatro años, desmovilizaron al Ejército Libertador, disolvieron el Partido Revolucionario Cubano organizado, fundado y dirigido por José Martí e impusieron un apéndice a la Constitución de la naciente República, la Enmienda Platt, que les daba el derecho a intervenir en nuestros asuntos internos y a establecer, entre otras, la Base Naval en Guantánamo, que aún hoy usurpa parte del territorio nacional y cuya devolución seguiremos reclamando.

La condición neocolonial de Cuba, que permitió a Estados Unidos ejercer desde 1899 un dominio total de la vida económica y política de la Isla, frustró, pero no aniquiló, las ansias de libertad e independencia del pueblo cubano. Exactamente 60 años después, el primero de enero de 1959, con el triunfo de la Revolución encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, fuimos definitivamente libres e independientes.

Desde ese momento, el objetivo estratégico de la política de Estados Unidos hacia Cuba ha sido derrocar a la Revolución. Para ello, a lo largo de más de cinco décadas, recurrió a los más disímiles métodos: guerra económica, ruptura de las relaciones diplomáticas, invasión armada, atentados contra nuestros principales dirigentes, sabotajes, bloqueo naval, creación y apoyo a bandas armadas, terrorismo de Estado, subversión interna, bloqueo económico, político y mediático y aislamiento internacional.

Diez gobiernos pasaron por el poder hasta que el presidente Barack Obama, en su alocución del 17 de diciembre de 2014, sin renunciar al propósito estratégico, tuvo la sensatez de reconocer que el aislamiento no funcionó y que era hora de un nuevo enfoque hacia Cuba.

Nadie puede negar que Estados Unidos, en el intento de aislar a Cuba, finalmente se vio en una situación de profundo aislamiento. La política de hostilidad y bloqueo contra nuestro país se había convertido en un serio obstáculo para sus relaciones con América Latina y el Caribe y era rechazada casi unánimemente por la comunidad internacional; dentro de la sociedad norteamericana se había desarrollado una mayoritaria y creciente oposición a ella, incluyendo a buena parte de la emigración cubana.

En la VI Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, Colombia, en el año 2012, Ecuador se negó a participar sin la asistencia cubana y todas las naciones latinoamericanas y caribeñas manifestaron su repudio al bloqueo y a la exclusión de Cuba de estos eventos. Varios países advirtieron que no habría otra reunión sin Cuba. De esa forma, llegamos en abril de 2015 —tres años después— a la VII Cumbre de Panamá, cuando por primera vez fuimos invitados.

Sobre la base del respeto y la igualdad, en los dos últimos años se restablecieron las relaciones diplomáticas y se lograron avances en la solución de problemas bilaterales pendientes, así como en la cooperación en temas de interés y beneficio mutuo; fue modificada de manera limitada la aplicación de algunos aspectos del bloqueo. Ambos países sentaron las bases para avanzar en la construcción de una relación de nuevo tipo, demostrando que es posible convivir de forma civilizada a pesar de las profundas diferencias existentes.

El presidente Obama terminó su mandato y se mantuvo el bloqueo, la Base Naval en Guantánamo y la política de cambio de régimen.

Los anuncios realizados por el actual Presidente el pasado 16 de junio significan un retroceso en las relaciones bilaterales. Así lo consideran muchas personas y organizaciones en Estados Unidos y en el mundo, que abrumadoramente han expresado un rotundo rechazo a los cambios divulgados. Así también lo expresaron nuestra juventud y las organizaciones estudiantiles, las mujeres, obreros, campesinos, los comités de Defensa de la Revolución, intelectuales y agrupaciones religiosas, en nombre de la inmensa mayoría de los ciudadanos de esta nación.

El gobierno norteamericano ha decidido recrudecer el bloqueo, mediante la imposición de nuevas trabas a su empresariado para comerciar e invertir en Cuba y de restricciones adicionales a sus ciudadanos para viajar a nuestro país, justificando estas medidas con una retórica vieja y hostil, propia de la Guerra Fría, que se escuda en una supuesta preocupación sobre el ejercicio y disfrute por el pueblo cubano de los derechos humanos y la democracia.

Las decisiones del presidente Trump desconocen el apoyo de amplios sectores estadounidenses, incluyendo la mayoría de la emigración cubana, al levantamiento del bloqueo y la normalización de las relaciones y solo satisfacen los intereses de un grupo de origen cubano del sur de Florida, cada vez más aislado y minoritario, que insiste en dañar a Cuba y a su pueblo por haber elegido defender, a cualquier precio, su derecho a ser libre, independiente y soberano.

Reiteramos hoy la denuncia del Gobierno Revolucionario a las medidas de endurecimiento del bloqueo y reafirmamos que cualquier estrategia que pretenda destruir a la Revolución, ya sea mediante la coerción y las presiones o recurriendo a métodos sutiles, fracasará.

De igual forma, rechazamos la manipulación del tema de los derechos humanos contra Cuba, que tiene mucho de qué enorgullecerse por los logros alcanzados y no tiene que recibir lecciones de Estados Unidos ni de nadie (Aplausos).

Deseo repetir, como ya expresé en la Cumbre de la CELAC, celebrada en República Dominicana en enero de este año, que Cuba tiene la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, y de proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno norteamericano.

Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia y hoy agrego, o que negocie sus principios o acepte condicionamientos de ningún tipo, como no lo hemos hecho nunca en la historia de la Revolución.

Con independencia de lo que el gobierno de Estados Unidos decida hacer o no, seguiremos avanzando en el camino escogido soberanamente por nuestro pueblo.

Vivimos en una coyuntura internacional caracterizada por crecientes amenazas a la paz y la seguridad internacionales, guerras de intervención, peligros para la sobrevivencia de la especie humana y un orden económico internacional injusto y excluyente.

Se conoce que desde el año 2010, Estados Unidos puso en práctica el concepto de “Guerra no convencional” concebido como un conjunto de actividades dirigidas a explotar las vulnerabilidades sicológicas, económicas, militares y políticas de un país adversario en el propósito de promover el desarrollo de un movimiento de resistencia o la insurgencia para coaccionar, alterar o derrocar a su gobierno.

Ello fue ensayado en el norte de África, e incluso en Europa, y ha provocado decenas de miles de muertos, la destrucción de Estados, el desgarramiento de sociedades y el colapso de sus economías.

“Nuestra América”, que se proclamó como Zona de Paz en 2014, enfrenta ahora condiciones adversas.

La República Bolivariana de Venezuela sufre una guerra no convencional —que no empezó ahora, empezó mucho antes— impuesta por el imperialismo y sectores oligárquicos golpistas que ha provocado la violencia en las calles y actos fascistas, como las espantosas escenas difundidas sobre jóvenes quemados vivos.

La intervención extranjera contra la Revolución Bolivariana y Chavista debe cesar. La violencia terrorista y golpista debe ser condenada inequívocamente. Todos debieran sumarse al llamado al diálogo y abstenerse de actos que contradicen las intenciones que se proclaman de manera manipuladora y demagógica.

La Organización de Estados Americanos (OEA) y su Secretario General, deben cesar en su agresión contra Venezuela y en la manipulación selectiva de la realidad.

Debe respetarse el legítimo derecho de Venezuela a solucionar pacíficamente sus asuntos internos sin ninguna injerencia externa. Solo compete al soberano pueblo venezolano el ejercicio de la autodeterminación y encontrar soluciones por sí mismo.

Reiteramos nuestra solidaridad al pueblo venezolano y a su unión cívico-militar, encabezada por el presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros.

La agresión y la violencia golpista contra Venezuela dañan a toda “Nuestra América” y solo benefician los intereses de quienes se empeñan en dividirnos para ejercer su dominación sobre nuestros pueblos, sin que les importe generar conflictos de consecuencias incalculables en esta región, como los que estamos presenciando en diferentes lugares del mundo.

Alertamos hoy que quienes pretenden derrocar por vías inconstitucionales, violentas y golpistas a la Revolución Bolivariana y Chavista asumirán una seria responsabilidad ante la historia.

Al compañero Luiz Inácio Lula da Silva, víctima de persecución política y maniobras golpistas, le expresamos nuestra solidaridad ante el intento de impedir su candidatura a elecciones directas, con una inhabilitación judicial. Lula, Dilma Rousseff, el Partido de los Trabajadores y el pueblo brasileño tendrán siempre a Cuba de su lado.

Compañeras y compañeros:

El pasado 14 de junio el Consejo de Estado acordó convocar a elecciones generales, mediante las cuales serán elegidos los delegados a las asambleas municipales y provinciales y los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, quienes elegirán al Consejo de Estado y la Presidencia del Parlamento.

Al propio tiempo, fueron constituidas las comisiones electorales que dirigirán el proceso en las diferentes instancias y quedaron conformadas las comisiones de candidatura.

No es ocioso destacar la trascendente importancia política que reviste este proceso electoral, que debe constituir un acto de reafirmación revolucionaria por parte de nuestro pueblo, lo que exige una ardua labor de todas las organizaciones e instituciones.

Estamos seguros, como lo ha demostrado este pueblo en ocasiones anteriores, que las elecciones serán un ejemplo de verdadero ejercicio de democracia, sustentado en la amplia participación popular, la legalidad y transparencia del proceso electoral, en el que no concurren partidos políticos ni se financian campañas, sino que la base para proponer y elegir a los candidatos es el mérito, la capacidad y el compromiso con el pueblo.

Por otro lado y para concluir, compañeras y compañeros, restan apenas 12 días para celebrar el 64 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. En esta ocasión el acto se celebrará en la provincia de Pinar del Río y el orador principal será el Segundo Secretario del Comité Central, compañero José Ramón Machado Ventura (Aplausos).

Al celebrar el Día de la Rebeldía Nacional, por primera vez sin la presencia física del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, propongámonos enfrentar los nuevos retos bajo la guía de su ejemplo, intransigencia revolucionaria y la fe permanente en la victoria.

Muchas gracias.

(Ovación.)